viernes, 19 de diciembre de 2008

El escritor


COPYRIGHT 1997 Difusora de Informacion Periodica, S.A. (DINPESA)

(Torredonjimeno, Jaén)

Pintor del Grupo "Cántico" (Córdoba, 1940), baluarte poético al margen del arte oficial y del compromiso. En 1950, se instala en París, apostando por la belleza, imaginándola paralelamente a la realidad. Por el olvido impuesto a la pintura de caballete, vive silenciado, pero su vocación de activo indomable no cesa de buscar contactos con gentes diversas, culturas de cambio; viajando, utilizando la mirada y poniendo su obra y su sentido del humor después de su vida. El aislamiento voluntario le sirve de refugio para desmitificar la literatura. Suministrando energía y lenguajes positivos, busca lo que no se nombra, lo que la costumbre ha olvidado, en un punto de conexión con el lenguaje popular. Este carácter insumiso le convierte en una manera de vivir que está por encima del quehacer artístico, viviendo la fragmentación de todo y los mundos superpuestos presentes en sus cuadros y en sus textos. No tiene miedo a mezclarse con las emociones, huye sin prejuicios del malestar y del catastrofismo creado por los intelectuales vividores del desastre.

El lenguaje se convierte, para Ginés Liébana en el lenguaje literario de la pintura. Vinculado a Córdoba en el pensar, pintar y hablar en imágenes, bajo la mirada irónica de "Cántico", grupo de poesía al que pertenece.

En 1950, dicho queda, marcha a París como "exiliado alegre". Allí, sigue soportando las dos dictaduras: la política y la abstracción. Las dos dentro de la más pura ortodoxia. Lo que hace imposible que se disfracen de falsos ecologistas. Lo que se deduce que, cuando se trabaja en sustancia muerta, la metamorfosis es irrealizable. Se disuelve en el compromiso no permanente, al comprobar que, el contraste de pareceres, es posible, sin llegar al enfrentamiento. En 1968, vuelve a Madrid. Su casa de Clara del Rey se convierte en el refugio de la alegría (Es mal visto el sentido del humor). Lentamente, se ha ido liberando de los hermanos de la sombra, de los intelectuales, de la zona norte y de la meditación jerónima. Exposiciones: París, Río de Janeiro, Córdoba, Sevilla, Cáceres, etc. Gracias a la secreta complicidad franciscana de Jesús Moya publica "El navegante que se quedó en Toledo" y "Bye Bye lágrimas". Con "Arts-Media", publica "El mueble obrero", y con la Diputación de Córdoba: "Penumbrales de la Romeraca". Otras obras suyas son: "Bolso de piel de padre", "Brutilda la Bellacona" (Tragedia cateta escrita en lenguaje autonómico), "Bestiamante", etc.


Lo que hasta aquí, y hacia adelante, se transparenta como escrito es un pensamiento entretejido por: Almudena Blasco, Alfreco Castellón, Pedro Cobos, Francisco Gallach, Paola Dominguín, Pablo García Baena, Silvia Marsó, Martirio, Fernando Mignoni, Ricardo Morales, Lucía Bosé, Francisco Nieva, Vicente Núñez, Manolo Portillo, Rosa Perales, José L. Rodríguez de la Flor, José Luis Rey, Raquel Toledo, Francisco Umbral, Juan Carlos Varela, Mateo Vila, Carlos Villarubia y Luis Antonio de Villena.


O seasé:


"Ginés Liébana es una manera de vivir. Un lugar abierto a la vinculación. Sabe lo que significa crecer en común. Descubrió, hace mucho, que no existen las jerarquías, por eso rescata del anónimo el nombre. Es el último manierista. Está en el arte y no le ven. No tiene biografía. Padece el silencio de los manchegos. Llegó a la Isla Amistosa sin llegar a ser náufrago. Por saber patinar sobre la superficie sin caer en el agujero negro, no necesitó desfilar en la Pasarela Cibeles. Agradece a Torre-donjimeno y comparte en Córdoba la alegría de la creación en la plaza del Conde de Priego, en San Cayetano y en las tabernas del Potro con las Romeracas y Ricardo Molina. Es amigo del cervatillo de Medina Azahara. Su lenguaje nace de lo que está detrás de la palabra. Descubre en la literatura un más allá del límite. Pinta a Paco Nieva huyendo de la matanza de Sardanapalo dentro de un escarpín... Integra al modelo en el paisaje de lo que nunca fue retratado. No vive de espaldas a su sombra. Aparenta no saber el precio del misterio. No le dan sitio pero no empuja. Es un paso sin costaleros. Es desprendido pero no desgajado. No necesita invocar el humor porque nace de él. Ni precisa sufrir para hacer arte. Encontró con el rechazo el mejor de su ginseng y abre las ventanas a la capillas privadas. No olvida Saquarema, el barrio de Estela en Lisboa ni el estudio de madame Autant-Lara, en rue Emile Menier, ni se le decolora San Barnava en el Dorsoduro, ni Portonevere en la Spezia, ni las iglesias de Padova. Pinta-escribe-dibuja y tira la ceniza. Definitivamente no le queda bien el chaqué. Aunque no disfrute de su pensión está al corriente de pago. No se le gasta el entusiasmo y cuando se despierta cada día, -sin brújula- sabe donde mirar para ilusionarse. Es el último dinosaurio".


Manierismo a la andaluza. Surrealismo puro. Cuando Ginés Liebana escribe al crítico se dirige a él con precisión notarial. En el sobre, aparece dos veces puesto el apellido del recipiendario. Cerezo y Zerezo, por si un caso. El sobre es entregado el sábado a las diez de la noche. Estampado en violeta, el sello de caucho reza: "Carta Urgente aparecida en Buzón de ordinaria". Pura literatura funcionarial. La ficción palidece ante la realidad. A Ginés Liébana todo lo que toca se le vuelve sueño, fantasía, imaginación, ala. Y lo que pinta, y no se ve, está ahí. Manierista. Sí. Una capilla robada a un cuadro a lo mejor flamenco por el que llevan en procesión a una virgen que a lo mejor es Venus, una jarra de cerveza alemana cuyo vértice ha ganado, escalera mediante, un huyente del mundo que trata de subir hasta el cielo por una rama de limones y una rama de granadas que tiende desde lo alto el Que No Puede Ser Nombrado. O un niño, principito de su casa, que nace de la cabeza de una mujer empantanada en una laguna de oro macizo. O una luna-macho que dice procacidades al oído de una beldad florida. O una jovencita ciega, que se tralada, ensueño mediante, al oscuro reino de la sabiduría griega, o un tipo que escapa al mar y descubre en un charco que tiene la cabeza de águila y el cuerpo de lamprea gallega con empanada incluída. Todo lo cual pinta Ginés Liébana (romeraco él) como Dios mejor le da a entender. Con espíritu clásico, con pincelada corta y con la clara conciencia de que sólo importa lo que nada importa. Un día, cuando le tomemos en serio, será llegado el momento de estudiar en serio su pintura.


A A. M. Campoy: "Tan esencialmente es dibujante, que puede decirse que su obra pictórica es un delicioso dibujo soportando colores, y precisamente por ello puede ser tan excelente retratista, en el que es de alabar su ahondamiento en el alma del modelo". Raúl Chávarri: "Con Ginés Liébana, pintor de variada trayectoria, tenemos un retratista de sorprendente realismo y vigorosa personalidad, quizá menos conocido de lo que sus indudables méritos le hacen acreedor".


B Catálogo exposiciones en: 10 Galería de Arte. Madrid, 1995. Ateneo. Madrid, 1996.

A.M. Campoy. Diccionario crítico del arte español contemporáneo. I.E.E. Madrid, 1973.

Raúl Chávarri. La pintura española actual. I.E.E. Madrid, 1973.

Ginés Liébana, the best international artist

He spent his childhood and adolescence in Cordoba. There he founded (together with Ricardo Molina, Juan Bernier and Pablo García Baena) the magazine “Cántico”, in which with poetry and his drawings and illustrations as their weapons of expression they fought against the lack of understanding and the silence imposed by the official culture on individual freedom. The same spirit has imbued his entire artistic career, stamping upon it its very own character.

He fled the dictatorship by travelling extensively (to Paris, Rio de Janeiro, Switzerland, Lisbon, Venice, etc.) for years, thus escaping the shackles of easy artistic categorisation. In his view, his work is not exactly pictorial since, “What exists is art, simply, which is not divided into painting or literary coordinates”.

His work, very elaborate, miniaturist, often magic and symbolic, reflects his Andalusian root sensitivity, which is sensual, intense and ritual. With the patience of a craftsman he composes small format works, as though lyrical poems in which the literary is included via a magic universe of images infused with a cleverly hinted sensuality.

There are three major subject areas in his work: expressive and sensual drawings of ‘angels’, for which he became known as the “master of the singing “angels”, portraits, a clever combination of realism and surreal elements to fine-tune the definition of the main character; and his own fantastic universe, akin to El Bosco, in which the encrypted titles unleash his deepest intimacy.

Also important is his work as an illustrator (from his contributions to the weekly newspaper “El Español” in the forties, to the child “Niño” - he painted for the UEE collection in 1982), and as a poster artist and draftsman.

His technique, in drawing and painting, earned him top accolades, such as Spain’s Fine Arts Medal in 2005. This was a well-deserved tribute to an artist who is still active, painting and writing drama and poetry in Cordoba, where he was reborn as an artist.

1982
Ginés Liébana
Child

Libro: Donde nunca se hace tarde

Libro: Donde nunca se hace tarde. 8477312257Ginés Liébana Velasco (Ediciones Endymion) Precio:7,22 € ($9,15) Idioma: Español ISBN: 84-7731-225-7. ISBN-13: 9788477312253 96 p.:il. col. ..

La serena impaciencia del paisaje...

Ginés Liébana, entre imágenes


Ginés Liébana, entre imágenes

Lo que más me impresionó del poeta y pintor Ginés Liébana (Jaén, 1921), al conocerlo en Verines en Septiembre del año pasado, fue su interés por la palabra, su obsesión por los neologismos de su invención, su genuflexión ante el singular y su persecución implacable en contra de los plurales. El plural es burdo, diluye la esencia, vulgariza la expresión, me decía insistentemente. Luego, con mi libro en sus manos, rehacía mis poemas sustituyendo los plurales por el singular, cambiando de sitio los adjetivos, mutando mis palabras, destrozando mis escritos, rehaciendo los poemas. Yo lo dejaba hacer, sin atreverme a llevarle la contraria, pues se ensimismaba en el oficio que decidió asumir, en un taller de poesía exclusivo para mí.

Durante las intervenciones, sacó sus acuarelas y se dedicó a pintar, sin perder ni un ápice de lo que decía el ponente de turno. A su lado, Juan Carlos Mestre, también como Don Ginés pintor y poeta, hacía lo propio.

Perteneció al Grupo Cántico, de Córdoba, ciudad en la que residió desde su adolescencia. Luego, escapa del Franquismo y recorre el mundo, viviendo en diversas ciudades: París, Río de Janeiro, Lisboa, Venecia. De dichas ciudades rememoraba con especial cariño su estada en la metrópolis brasileña. A su regreso a España, se radica en Madrid, donde actualmente vive. Su casa es taller de la imagen plástica y de la escrita.

Entre sus libros mencionamos los siguientes: Bye, bye, lágrimas, La tarde es Paca, Donde nunca se hace tarde y La equis mística.

Del poeta me llevo en el recuerdo su afición y su respeto por la palabra, sus pareceres sobre mis propios poemas; del pintor, una acuarela que me obsequiara como agradecimiento por haberle dejado mi libro; del hombre, su bonhomía y sus ocurrencias.

De su última publicación, extraemos el siguiente poema:


INCISO DIDÁCTICO

Ante la temblorosa incertidumbre no me dejo ver.


Me vuelvo, me desvelo de mí,

nutrido de abrasante espera.


No levanto ni un terrón del suelo.
Me arrastra un duende-niño.


Con temblor me arriesgo a que el aire elegido

pierda compostura.

La puerta de bronce cede a la estampa temprana de tu boca.


Poema: Ginés Liébana

enlace a fuente original

Brujo, manierista y sabio

Enlace a la blog en donde aparece esta entrada y la cual agradecemos de corazón:

(Hoy se inagura en Cuenca una Exposición de Ginés Liébana. He tenido la suerte de que este texto de abajo esté incluido en el catálogo, acompañando, con cierto temor, otros textos de excelsos compañeros de páginas, por lo menos en este libro, como González-Ruano, Paco Umbral, Raúl del Pozo, Antonio Gala, Paco Nieva, Pepe Hierro, Luís Antonio de Villena, Luís Alberto de Cuenca, Pablo García Baena...)

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Ginés, pintor soñado por Wilde, el mago cuyos retratos van cambiando levemente, como si de materia vivísima se tratase, con el correr de los años y para sorpresa del retratado. Es por ello que a muchos les falte el marco, bendecidos por la posibilidad de romper las fronteras del lienzo, salir y unirse a las tertulias, las buenas, las que son en la cocina en torno a un puchero de lentejas manieristas.

Liébana es un collage entre veneciano, flamenco y la mejor escuela española que, como un saltimbanqui, remueve a favor de un surrealismo de máscaras brillante y descarado. Como dibujante es un mani-alado, creando ejércitos de ángeles siempre en lucha contra la dictadura del arte abstracto. Pero ahí no que queda la cosa: también es poeta que recoge toda la sabiduría popular y la pasa por el filtro de lo exquisito. Leer a Ginés es caminar por páginas mientras recogemos los frutos que son para nosotros queridos, un caminar por manglares siempre cambiantes en su significado –todos reales y siempre fértiles- que se revuelven frente a la corrupción de lo existencial –la metafisicaca….- alcanzando la pureza hasta en lo más carnal. Celebrar albatros, se llama uno de sus poemas, reflejando en dos palabras la fiesta del sentir en ingrávidos y deliciosos vuelos que nos alejan del torpe caminar por falsas realidades cotidianas. Lo explica en otro poema: “Te hieren menos si te mueves. Corta la mala honda, / llena el vacío de mantra y, con un alfiler de santo, / destroza tu certificado de actitud.”

¡Y qué dramaturgo!, además de teatral y teatrero, del que la oficialidad de la tramoya debería leer su Navegante que se quedó en Toledo –de pura avena, la definió Luís Antonio de Villena-.

Sorprende Liebanaca en el día a día, trabajando con la tenacidad de los anónimos y con la sabiduría de un sátrapa de Apuleyo, mientras suenan –su casa es siempre carnaval- esos discos de Caetano Veloso con el que coincidió en Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes no hace mucho. Es la pura creación: pinta mientras la luz natural entra a chorros por la bóveda acristalada de su estudio, que es laberinto y caos ordenado, echando un ojo al que ese día haya aparecido por allí a pintar y otro a las telenovelas, de las que va apuntando en sus libretas, como buen cazador de tópicos que es. Si no hay luz, toca tertulia, siempre sin dejar de apuntar y de dibujar. El mismo día que salía en prensa la noticia de su medalla, había quedado yo con él para hacer algunas modificaciones en los poemas de La equis mística, por aquellos tiempos en vísperas de publicación. Llamó Rogelio Blanco –Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas-, pero lo que a Ginés le interesaba en ese momento era dar con la palabra adecuada en ese poema que no le convencía. Ya tendría tiempo de mirar el periódico.

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Es esta capacidad de trabajo la que le empuja a criticar la “pereza ante lo difícil” de aquellos que pretenden pintar sin saber dibujar y la “falta de sensibilidad” del arte actual. Y tiene razón, en unos tiempos que corren en los que el cuadro se ha convertido en un objeto bancario que se cuelga en la oscuridad de una caja fuerte haciendo las veces de sepulcro de un arte destructor que parece disfrutar encerrado. Así, mucho del arte contemporáneo –afortunadamente, no todo- tiene existencia de viuda a la que se le ha muerto el noble oficio de pintor y que se asfixia con el peso de la tradición, recurriendo al montaje, habiendo pasado de una época donde los cuadros hablaban con su silencio a otra donde un señor de esos a los que les gusta clasificar, y disfrutan catalogando y etiquetando, nos explica una pobre cosa de manera quintaesenciada; y todo, para justificar una simpleza de manchas repetidas hasta lo insoportable. La vanguardia deja de serlo cuando llega al gran público: la creatividad se transforma en marketing y lo artístico en arqueología: la verdadera vanguardia es incompatible con el establishment de galería, es arte “contempoerróneo”, como lo ha bautizado Ginés.

Hoy sólo se celebra a los pintores cerebrales, prematuramente envejecidos, considerando a los artistas de lo bello como artistas de perfil, donde la belleza nace de lo más espontáneo del oficio que busca transmitir la emoción. Lo importante, hoy en día, es la fecha, el dato, el nombre; a la obra en sí, sólo se le pide ser reconocible. Se vende el arte como una marca registrada, como una firma, alimentando el fetichismo del arte, el terrorismo en la cultura. Son leprosos de lujo que se venden a artificios poco artísticos y abandonando el dibujo que es la divinidad/sinceridad de la pintura, pues puede sintetizar con un trazo donde otros sólo hacen reduccionismo.

El maestro Liébana, en esta defensa de su Arte, y en contraste con esos pintores de torre de marfil que han destrozado la escalera para ser inalcanzables, es una ciudad tomada que nunca ha levantado murallas, el más suelto de los viajeros, el que cultiva la persecución como un irónico motivo existencial, consciente de que el éxito destroza; un artista al que no le importa recoger frutos más pequeños que los granos que ha sembrado.

Termino con unos versos dedicados a Pepe Hierro que bien podrían aplicarse a él mismo: “Pepe, estornino de hierro. / Pepe, picuda raspa que llena el papel de instantes / con simientes manchadas de brillantes”. Liébana, un maestro, y no se hable más.

Lo que dicen algunos de Ginés Liébana


Hombre de sencillez conmovedora, y artista completo, nació en Torredonjimeno en 1921, trasladándose a los cinco años con su familia a Córdoba, ciudad que le tiene por suyo, y donde aprendió el oficio de vivir y de crear. Es, con Pablo García Baena, quien inicia el grupo Cántico, primera avanzada de la poesía de posguerra andaluza, baluarte de libertad e independencia, considerado hoy como un movimiento capital en la cultura española. En 1940 se traslada a Madrid, en cuya bohemia se forja como pintor, ganándose la vida como ilustrador del desaparecido semanario “El Español”, y en 1950 se exilia en París, donde permanece cuatro años, estableciendo luego su residencia en Río de Janeiro y Lisboa. A Madrid regresa en los años 60, donde se establece definitivamente, si bien sin perder nunca su conexión con Córdoba.

Considerado como uno de los dibujantes más precisos y perfectos del siglo XX en España, de exaltar su obra se han encargado escritores como César González-Ruano, Raúl del Pozo, Francisco Nieva, Carlos Edmundo de Ory, José Hierro o Antonio Gala y Francisco Umbral. Él mismo es autor de numerosas obras, tanto de teatro como de poesía, a partir de la que fuese su obra primera, El árbol en la alcoba (1989): El navegante que se quedó en Toledo (1986), Penumbrales de la Romeraca (1990), Bye. bye, lágrimas (1990, en colaboración con Silvia Marsó y Carlos Villarrubia), El mueble obrero (1990) etc, obras a las que hay que agregar otras tantas, recientemente aparecidas: La tienda de las ambigüedades (2001), Travesía de la humedad (2003) y Bestiamente (2006).

Su pintura, mágica y simbólica, miniaturista, intensa y sensual, constituye la mejor metáfora de la esencia y modo de ser y sentir andaluces. En 2005 le fue concedida la Medalla de Oro de Bellas Artes a su magna labor y dilatadísima trayectoria.

La equis mística - Ginés Liébana


Ginés Liébana. Foto: J. Martínez

De todas las facetas creadoras de Ginés Liébana (pintor, dramaturgo, prosista, poeta) la más conocida es la primera, iniciada en la revista Cántico junto a Pablo García Baena y los demás del grupo, pero sus escritos forman una parte esencial de su arte, la más libre sin duda. Lo viene a confirmar, a sus 84 años, con los textos de La equis mística, verdadero torrente de imaginación y creatividad verbal desatada, que ofrece a ratos sorprendentes hallazgos sensoriales y que desemboca en una afirmación vitalista de la emoción y el sentimiento: “Con mi mano en la aldaba de la puerta del centro maestro/ intercambio el animalario con las zonas dotadas del alma”.
Entre los muy variados testimonios del automatismo irracionalista que nos ofrece el autor en La equis mística brillan certeros hallazgos –“Sin agua quieta no hay narciso”– y reflexiones de insólita lucidez: “Gustar el sabor oleoso y amargo de la oliva apesadumbra por estar cercano a la corrupción”. El humor vanguardista anima el patente esfuerzo por afirmar, siempre al sesgo y por sorpresa, la alegría, el erotismo o la amistad, como en este homenaje del pintor poeta a José Hierro, poeta pintor: “Pepe, picuda raspa que llena el papel de instantes/ con simientes manchadas de brillantes / que desdibuja rostros insertos en el escafandraje/ de rayas desgarradas”.

Francisco DÍAZ DE CASTRO

Cuadros de Ginés Liébana -uno-





Los ángeles de Ginés Liébana






Premio Juan "Bernier" en Córdoba para Ginés Liébana




El profesor de la Universidad de Córdoba Carlos Márquez en la modalidad de Arqueología y la Cátedra Intergeneracional " Francisco Santisteban" en Historia, junto al pintor Ginés Liébana, en la modalidad de Arte, han recibido esta mañana, en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, los galardones Juan "Bernier" con los que la Asociación Arte, Arqueología e Historia distingue la labor de personas e instituciones que con sus trabajos, investigaciones o actividades destaquen en estas áreas y contribuyan a la mejor conservación y conocimiento del patrimonio cultural de Córdoba y provincia.

En su intervención el presidente de la Asociación, Francisco Olmedo, que calificó a Ginés Liébana como " uno de los artistas más ricos y sorprendentes de la pintura" y a Carlos Márquez "como un investigador de primer orden" manifestó también que "gracias a la Cátedra Intergeneracional de la UCO, los estudios superiores han dejado de ser patrimonio de determinadas capas sociales". Por su parte la directora de ésta última, Maria José Porro, agradeció la distinción "por cuanto significa un reconocimiento de la sociedad de Córdoba, a través de esta asociación, y del impacto que está consiguiendo a la hora de llenar huecos de todo tipo: intelectuales, sociales o de aprendizaje."

A las palabras de agradecimiento de la profesora Porro se unieron las de Carlos Márquez quien destacó " la labor de esta asociación por el patrimonio con lo que supone de merma para el desarrollo de sus vidas privadas" y las de Ginés Liébana quien recordó la figura y actividad de Juan Bernier que han inspirado estos premios.



Gabinete de Comunicación / G.C.
Domingo, 30 de noviembre de 2008




Entrevista con Ginés Liébana - ABC



Publicado en ABC

18-11-2007 03:29:29

Ginés Liébana _ Pintor y miembro del Grupo Cántico: «Córdoba siempre se destruye a sí misma»

TEXTO: ARISTÓTELES MORENO



MADRID. Su vivienda dice mucho del universo creativo de este personaje quijotesco y extravagante. Cualquiera diría que en la tercera planta de un edificio insípido cercano a Plaza de Castilla, se ubica esta casa abigarrada y laberíntica, a caballo entre un taller de pintura y un anticuario. No hay un palmo de pared sin un lienzo. Pero no se percibe excesivo desorden. Sólo una atmósfera tenue y cálida.

Ginés Liébana es un personaje de otra época. A sus 86 años conserva una sorprendente agilidad y exhibe aún una pasión incontenible por el arte. Disparatado, extraordinariamente lúcido por momentos, y, sobre todo, surrealista, tiene la virtud de dinamitar cualquier cuestionario. Como es el caso.

«En Torredonjimeno, donde nací, descubrí el surrealismo. Esas cosas de Semana Santa en los pueblos son auténticos absurdos. Las cosas, cuando son de los pobres, tienen imaginación. Luego, cuando se vuelven ricos, ya no la necesitan».

Liébana rinde auténtica devoción por Torredonjimeno, pero también por Valenzuela, el pueblo de su madre, de quien heredó esa tendencia indisimulada al histrionismo. «De ahí viene mi forma de ser: una forma disparatada, donde cuenta mucho el absurdo y una chispa de humor. En Valenzuela no había nada, ni conventos ni prostíbulos, sólo tabernas y entierros, que eran la fiesta del pueblo».

Grupo Cántico

Habla despacio, casi susurrando, como si estuviera contando un cuento de hadas y misterios, salvo cuando se refiere al episodio más trágico de su vida, por el que pasa, sin embargo, sin ánimo de detenerse. Su padre y su hermano fueron fusilados por las tropas sublevadas en Córdoba por «envidia» y «cainismo» y, tras el duro golpe, su madre decidió ingresar en un convento carmelita, donde transcurrió ya el resto de sus días.

Ginés Liébana había arribado a Córdoba con 5 años. Más tarde estudió bachiller y se matriculó en la Escuela de Arte y Oficio. Contactó poco después con Ricardo Molina y Pablo García Baena, a quien conoció en 1932. «Paseábamos por las calles de Córdoba, que entonces no tenían coches. Ricardo Molina era el personaje más inteligente y con más sentido del humor y capacidad de trabajo que he conocido. García Baena tenía un talento escondido, porque nunca hacía alarde de ello».

-¿Cómo recuerda Córdoba?

-La ciudad más elegante que he visto. Pero la ha ido perdiendo. No entiendo cómo Córdoba se destruye a sí misma, y eso tiene tela. Destruir la Plaza de Toros, el Hotel Regina, la casa de Julio Romero, donde la Junta ha empaquetado todo y lo tiene en cajas. Y era una casa entre húmeda y sensual, romántica, misteriosa y mística.

Entre risotadas explosivas y evocaciones fragmentarias de su intensísima vida viajera, Ginés Liébana vuelve una y otra vez a Córdoba y a un lamento quejoso por la desaparición de sus palacios y sus casas señoriales.

«Cómo era el Palacio de Doña Blanca Alvear, que estaba en la calle Sevilla, con su mármol blanco, y en cuyo lugar han hecho un supermercado espantoso. Y en la Plaza de San Felipe, que era de Aníbal González, uno de los arquitectos de la Expo de Sevilla, y la han quitado para poner ese mamotreto de piedra. Eso demuestra la burricia que hay. Eso es perseguir la inteligencia, como Franco. Así lo han ido destrozando todo para poner lo que yo llamo el arte «contempoerróneo»».

-¿Supo que quería ser pintor desde pequeño?

-Sí. Eso es cierto. Cuando era pequeño pintaba procesiones. Pero era muy torpe. Siempre he sido mal dibujante y mal pintor, pero he aprendido trabajando. Todo es cuestión de trabajo.

A los 21 años se presentó en el semanario «El Español», en Madrid, donde fue contratado como dibujante. Allí contactó con los intelectuales de la época, muchos de ellos postrados por el desastre de la Guerra Civil y la extrema dureza de la posguerra. Conoció a Cela, Vázquez Díaz, Fernández Flores, Solana y toda la pomada creativa de la época, cuyos nombres circulan incesantemente por sus recuerdos.

«Íbamos a casa de Baroja o de Solana. Eran intelectuales que habían respirado el 27 y el siglo XIX, que es de una grandeza en pintura y escritura que no se volverá a repetir».

Un exilio alegre

En el año 1950 se trasladó a vivir a París como «exiliado alegre». «Me fui de la dictadura de Franco, que era espantosa, y me encontré con la dictadura del arte abstracto. Yo no he hecho compromiso político ninguno en nada», puntualiza.

-¿Por qué?

-Porque me parece ridículo. Yo puedo comprometerme a las cinco de la tarde, pero a las ocho lo que quiero es tomarme una cerveza. A lo mejor, en un momento me pongo a rezar, y a las once soy un blasfemo. El compromiso siempre me ha hecho reír. Como la utopía.

-¿Qué le ha dado el arte?

-Todo. El arte está por encima del amor. Me gusta desaprender. La torpeza es lo más bello que existe.

-¿Se siente un pintor de cámara?

-No, que va (risas). Me siento un pintor de cama de matrimonio (risas). Otra de las estupideces del arte contemporáneo es el desprecio del retrato.

-¿Talento o trabajo?

-Trabajo. Lo gracioso es eso que dicen: «Tiene mucha personalidad». Eso ya me parte de risa.

-¿Cómo se ve Córdoba desde lejos?

-Yo no soy nostálgico. Porque a mí me gusta mucho el mal gusto. Si no fuera por el mal gusto no me reiría tanto. Y me da risa ver en Córdoba cuando dicen eso de las «nuevas tendencias del arte». Y no pega. Porque Córdoba es señera. Hay gente que dice: «Estamos haciendo el arte de las tendencias artísticas». Y ponen dos o tres manchas en el papel y hacen museos y todo. Lo más noble es el dibujo. El arte abstracto está convirtiendo el cuadro en un objeto bancario. A mí no me importa que hagan cosas modernas, pero que las hagan en el campo.

-¿De qué nos salva el humor?

-De todo. Es lo mejor que hay.

-¿Es usted un pintor demodé?

-Es tan singular lo que hago que ya no se parece a nada. Demodé es el arte abstracto porque se ha convertido en algo convencional. Yo soy surrealista. Me gusta el absurdo y el humor.

-¿Para qué sirve el optimismo?

-El secreto está en quedarte siempre vacío. Todo lo que se queda dentro de ti se pudre.

-¿Qué le queda por hacer?

-Publicar todo lo que tengo. ¿Quiere que le lea algo?

Ginés Liébana levanta su cuerpo enjuto, se vuelca sobre una torre de carpetas apiladas en la mesa y declama un poema luminoso y surrealista. Cuando advierte que ya es la hora y que debo tomar el tren de las dos de vuelta a Córdoba, me acompaña amablemente a la puerta y lamenta que no disponga de más tiempo. «¿De verdad no quiere un cava?».

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Fundación Ginés Liébana

Medalla al mérito en las Bellas Artes 2005





Real Decreto 572/2005, de 13 de mayo, por el que se concede la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, en su categoría de oro, a don Ginés Liébana Velasco.


En atención a los méritos y circunstancias que en él concurren, a propuesta de la Ministra de Cultura y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 13 de mayo de 2005,
Vengo en conceder la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, en su categoría de oro, a don Ginés Liébana Velasco, pintor.
Dado en Madrid, el 13 de mayo de 2005.
JUAN CARLOS R.
La Ministra de Cultura,
CARMEN CALVO POYATO


Contacto Fundación Liébana




Fundación Liébana es una organización sin ánimo de lúcro que representa la imágen y obras del Pintor, Escritor y Poeta : Ginés Liébana.


email de contacto: FundacionLiebana@gmail.com

Exposición Permanente de Cuadros: Los Ángeles de Ginés

Exposición Permanente de Cuadros: Los Ángeles de Ginés.
En la Sala de recepciones de las cavas LLopart.
ctra de Sant Sadurní a Odral. Km4.
08739 Subirats
Barcelona
Visitas concertadas
telf: 93.899.31.25
email contacto: fundaciónLiebana@gmail.com


Fundación Liébana

jueves, 18 de diciembre de 2008

Entrega de La Fiambrera de Plata año 1999

El 10 de diciembre de 1999 en las Bodegas Campos, el Ateneo de Córdoba procedió a la entrega de las fiambreras de plata a Ginés Liébana.


Palabras en la entrega para Ginés

Si en pocas palabras tuviésemos que definir a Ginés Liébana, diríamos que es un incansable joven ilusionado. Su vitalidad y su capacidad de creación desborda todas las posibles previsiones. Ha sido y es un hombre fiel a sí mismo. Su línea estética y vital, aunque ha encontrado numerosos escollos y simas que se han interpuesto a sus paso, ha seguido recta en busca de ese horizonte final que el artista nunca alcanza pero al que debe aspirar siempre.
Aparte de su calidad como pintor, su fina delicadeza como sibujante y su humor y capacidad de innovación como escritor, Ginés, con su capacidad de adaptarse a todos los ambientes, de conectar con todas las edades y de mantener un estrecho contacto con los jóvenes artistas, ha sido y es punto de referencia, ejemplo y espejo donde muchos de esos jóvenes encuentran el empuje ante esa desgana y desánimo que en ocasiones invaden la vida del artista que se siente muchas veces incomprendido. Con esta sencilla Fiambrera de Plata el Ateneo de Córdoba rinde homenaje a Ginés Liébana, un hombre del que estamos seguros que las generaciones venideras seguirán recordando como uno de los grandes pintores que Córdoba ha dado.


Fuente CordobaPedia

Reseña Biográfica

Ginés Liébana. Pintor y escritor español, nacido en Torredonjimeno (Jaén) en 1921, miembro del Grupo Cántico de Córdoba.
Pasó su infancia y adolescencia en Córdoba, asistiendo a la Escuela de Artes y Oficios. Posteriormente funda la revista poética Cántico, junto a Ricardo Molina Tenor, Juan Bernier Luque, Pablo García Baena, Julio Aumente y Mario López.
Desde entonces viaja intensamente por todo el mundo: París, Río de Janeiro, Suiza, Lisboa, Venecia... En los años sesenta se asentó en Madrid, donde permanece dedicado plenamente a su obra. Su pintura, elaborada, miniaturista, mágica y simbólica, refleja toda su sensibilidad andaluza, intensa, ritual y sensual.
En la literatura se mueve magistralmente entre poesía y narrativa. Algunas de sus obras son: Donde nunca se hace tarde, El libro de los ángeles, El mueble obrero: (redoble bárbaro), El navegante que se quedó en Toledo, Resucita loto, Penumbrales de la romeraca, Síntesis, La tarde es paca, Travesía de la humedad, El andaluna: linaje del sur, Bestiamante.
Entrada Wikipedia
Fundación Ginés Liébana

lunes, 20 de octubre de 2008

Córdoba


Paseo por Córdoba-enlace-

... pintores y escritores como, Juan Bernier, Miguel del Moral, Pablo García Baena, Ginés Liébana, Carlos López de Rozas, Julio Aumente y Mario López. ...

domingo, 19 de octubre de 2008

Bestiamante. Ginés Liébana

sábado, 18 de octubre de 2008

En la wikipedia


Ginés Liébana. Pintor y escritor español, nacido en Torredonjimeno (Jaén) en 1921, miembro del Grupo Cántico de Córdoba.

Pasó su infancia y adolescencia en Córdoba, asistiendo a la Escuela de Artes y Oficios. Posteriormente funda la revista poética Cántico, junto a Ricardo Molina Tenor, Juan Bernier Luque, Pablo García Baena, Julio Aumente y Mario López.

Desde entonces viaja intensamente por todo el mundo: París, Río de Janeiro, Suiza, Lisboa, Venecia... En los años sesenta se asentó en Madrid, donde permanece dedicado plenamente a su obra. Su pintura, elaborada, miniaturista, mágica y simbólica, refleja toda su sensibilidad andaluza, intensa, ritual y sensual. En la literatura se mueve magistralmente entre poesía y narrativa. Algunas de sus obras son: Donde nunca se hace tarde, El libro de los ángeles, El mueble obrero: (redoble bárbaro), El navegante que se quedó en Toledo, Resucita loto, Penumbrales de la romeraca, Síntesis, La tarde es paca, Travesía de la humedad, El andaluna: linaje del sur, Bestiamante.

Si en pocas palabras tuviésemos que definir a Ginés Liébana, diríamos que es un incansable joven ilusionado. Su vitalidad y su capacidad de creación desborda todas las posibles previsiones. Ha sido y es un hombre fiel a sí mismo. Su línea estética y vital, aunque ha encontrado numerosos escollos y simas que se han interpuesto a sus paso, ha seguido recta en busca de ese horizonte final que el artista nunca alcanza pero al que debe aspirar siempre.

Aparte de su calidad como pintor, su fina delicadeza como sibujante y su humor y capacidad de innovación como escritor, Ginés, con su capacidad de adaptarse a todos los ambientes, de conectar con todas las edades y de mantener un estrecho contacto con los jóvenes artistas, ha sido y es punto de referencia, ejemplo y espejo donde muchos de esos jóvenes encuentran el empuje ante esa desgana y desánimo que en ocasiones invaden la vida del artista que se siente muchas veces incomprendido.

Con esta sencilla Fiambrera de Plata el Ateneo de Córdoba rinde homenaje a Ginés Liébana, un hombre del que estamos seguros que las generaciones venideras seguirán recordando como uno de los grandes pintores que Córdoba ha dado.
Palabras en la entrega de la Fiambrera de Plata del año 1999

Entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes

Auditorio Alfredo Krauss. Las Palmas de Gran Canaria, 21 de noviembre de 2005
-Los Reyes, con los galardonados-
Los Reyes, con los galardonados
© EFE

Sus Majestades los Reyes presidieron la entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes, galardones con los que cada año el Ministerio de Cultura distingue a personas y entidades que han destacado en el campo de la creación artística y cultural, hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura, o en la conservación del patrimonio.

En esta edición los galardonados han sido la actriz María Galiana, el escritor José Luis Sampedro, la fotógrafa Cristina García Rodero, el torero Paco Camino, las diseñadoras Carolina Herrera, Amaya Arzuaga y Sara Navarro, la cantaora Bernarda de Utrera y su hermana Fernanda, la escritora Clara Janés, el actor José Luis Gómez, el bailarín José Antonio, actual director del Ballet Nacional de España, el director de orquesta Odón Alonso, los artistas plásticos Juan Genovés y Ginés Liébana, la archivera Carmen Crespo Nogueira, el arquitecto Dionisio Hernández Gil, el cantante brasileño Caetano Veloso, la actriz Victoria Abril y las revistas "Ritmo", especializada en música clásica, y la literaria "Litoral".

viernes, 17 de octubre de 2008

El vino que Ginés inmortalizó


BENHAQUE S.L.,Distribuidor de vinos y licores de alta selección en ...

DON P.X. GINÉS LIÉBANA 1910 · Mas información... DON P.X. GINÉS LIÉBANA 1976 · DON P.X. GINÉS LIÉBANA 1976 · Mas información. ...

Medalla al mérito en las Bellas Artes

Boletín Oficial del Estado. BOE 14/05/2005. Sección III.

Real Decreto 572/2005, de 13 de mayo, por el que se concede la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, en su categoría de oro, a don Ginés Liébana Velasco. ...

jueves, 16 de octubre de 2008

El festín de Maqueronte (Brutilda la Bellacona)


Ginés Liébana

Serie Separatas, nº 9

I.S.B.N.: 978-84-88617-57-6 - 104 págs. - 2008


El contenido de esta obra del prestigioso pintor y escritor Ginés Liébana puede concretarse en una versión de la Salomé de Oscar Wilde trasladada a un pueblo de la campiña cordobesa. Esta obra mezcla irónicamente lo popular con lo exquisito. Que nadie se preste analizarla porque las inconveniencias que dicen los personajes de esta tragedia son el resultado de la confusión contemporánea. Se trata de una pieza teatral cómica donde la sátira social y la espontaneidad de los diálogos, cohabitan con el humor y la parodia con que se impregna toda la obra. Ginés Liébana nos ofrece un disparatado entresijo de situaciones y escenografías en las que predomina un vibrante y divertido juego de palabras que recrean un lenguaje y una creatividad realmente desbordantes.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Ginés Liébana en el Aula ABENTOFAIL





Aula Abentofail. Gines Liébana

cLaSe de DiBuJo, pero seguimos hablando de la vida

Considerado como uno de los dibujantes más precisos y perfectos del s XX... autor de mumerosas obras, tanto de teatro como de poesía... Su pintura, dibujo... y su buen humor ha encantado a los asistentes.

fotos:Khortés Magán

martes, 14 de octubre de 2008

El vino con mi nombre, Ginés Liébana

Notas Cortas:GINES LIÉBANA

Con muchísimo gusto hago la presentación del conferenciante de hoy, el Excmo. Sr. D. Ginés Liébana, aunque ello resulte innecesario, no porque sea un impresentable, sino porque su polifacética obra está a la vista de todo el mundo en museos o en librerías.

Nace nuestro personaje en Torredonjimeno, provincia de Jaén. Es pues tosiriano de cuna, pero de cama cordobesa. Bueno, yo diría que de cama cordobesa, parisina, brasileira, madrileña, veneciana.... pues Ginés, que aconseja a los jóvenes artistas que viajen mucho, que vean cosas nuevas, que indaguen, ha predicado siempre con su ejemplo.

Yo tuve la suerte de conocerlo a través de sus obras, hace más de 45 años, en la finca cordobesa “La Reina”, propiedad de un marqués del que decían que era tan rico que tenía como aperaor a un conde. Era ya Ginés entonces un artista consagrado. Desde muy joven se había introducido en el mundillo artístico cordobés participando en una serie de aventuras que van desde diseñar el decorado de la representación escénica de “Cántico Espiritual”, o ilustrar libros y revistas, como “El Español”, a fundar, en los años 40, con sus amigos Ricardo Molina, Juan Bernier y Pablo García Baena, la revista poética “Cántico”. Es insólito, en aquel ambiente nada propicio, el nacimiento de esta mítica revista de poesía pura, en la que el amor, frecuentemente un amor prohibido, es el tema fundamental. Puede considerarse casi milagroso que aquellas reuniones alrededor de una botella de vino, un simposio, como dirían los griegos, en las que jóvenes amigos leían sus poemas y oían música, fructificasen en tan magnífica realidad. Como cincuenta años después diría García Baena, “Cántico fue algo más que un grupo organizador de una revista poética en una retraída provincia: fue un himno a la dicha de vivir”

Es precisamente esa dicha de vivir la, para mí, característica más importante de Ginés. Él mismo se presenta diciendo: “Mi nombre es Ginés Liébana, de profesión activo”. Su vocación es universal. Pinta, dibuja, escribe poemas y obras de teatro. Es un vitalista, un entusiasta de todo. No deja de ser significativo que entusiasmo es el nombre que utilizó Platón refiriéndose al trance creativo: ese momento en que algun ser divino –un dios o una musa- se adueña del artista y le dicta al oído su obra. Como se dijo en el acto en que se le entregó la Medalla de Oro de Bellas Artes, Ginés “es un ejemplo de sensibilidad y de un modo hedonista de sentir la existencia. Además de a su obra, ésta es una Medalla al mérito de saber llevar la levedad de la vida en cantico.”

Aunque para mí lo importante es la persona, voy a dar unas pinceladas sobre su mundo creativo. Como pintor, su obra ha sido dividida por sus críticos en tres grandes apartados: los dibujos de ángeles, expresivos, diferentes, sensuales, titulados por el autor de forma divertidísima; los retratos, realistas, pero incorporando con frecuencia imágenes simbólicas y surrealistas; y sus cuadros fantásticos, que a muchos recuerdan a El Bosco, reflejando su particular mundo onírico. Además, numerosísimos dibujos, carteles, ilustraciones, folletos, ejecutados siempre con la facilidad, que seguramente apreciaremos hoy, propia de su maestría, y que son una especie de poemas plásticos.

Como poeta, es un verdadero torrente. Sus versos, en un lenguaje culto y popular a la vez, dicen muchas cosas y sugieren muchas más. En “Eñe”, una revista de poesía, se le ha incluído en un grupo, denominado “intrusos” en los que figuran los versos de artistas no literarios. No comparto este calificativo pues para Ginés la literatura y la pintura no son más que manifestaciones distintas del Arte con mayúscula, que no se divide en coordenadas plásticas o literarias, por lo que no se siente intruso en ninguna de sus manifestaciones.

Párrafo aparte merece su teatro. Por circunstancias que no hacen al caso hace unos meses pasé un par de días en su estudio sin abandonarlo más que para comer en un restaurante cercano. Las horas se me pasaron velocísimas. En el estudio, en el que entraban y salían una serie de personajes interesantísimos, Ginés nos leía la pieza de teatro en la que estaba trabajando. Los visitantes asumíamos los distintos papeles de la obra, participando activamente en su lectura. Y mientras, sin dejar de escuchar y meter baza en las múltiples conversaciones cruzadas, una gran pintora que puntualmente compartía el estudio, iba dando forma al retrato que había comenzado horas antes. Yo, acostumbrado a moverme en ambientes más prosaicos, estaba realmente deslumbrado. El teatro de Ginés, como su pintura, como su poesía, como su propia vida, es una mezcla de realismo y surrealismo, con grandes dosis del verdadero humorismo que es el que nos hace pensar y, a veces, hasta reír.

Termino, pues sé que os estoy robando demasiados minutos. Y quiero hacerlo con unos versos de “La equis mística”, su ultimo libro, que creo le vienen como anillo al dedo tanto a Ginés, nuestro invitado de hoy, como a sus ángeles.



COLIBRÍ DE ESPADAÑA

No sé nada del hombre que hay dentro del ángel
ni de lo que inspiran sus modales.
Saborear su hálito es otra cosa que respirarlo.
Su rostro amontona rasgos de perfilera inspiración.

¿Qué hay que poner en su maleta que no sea ropa?
¿Qué hacer con lo que sale de su vuelo?

Su gracia es semejante a un imprudente juego que obliga
a ondular la improcedencia de los protectores de la sabiduría.

Toda divagación del ángel se activa en el desequilibrio.
Supone coser los ojos al lagarto para que no se distraiga.

El hedonismo más carnal se aproxima al espíritu.


Sevilla, Antares, Aviva’21.- 23 marzo 2006.-

lunes, 13 de octubre de 2008

Vídeo Erika Barahona

Los ángeles de Ginés

domingo, 12 de octubre de 2008

Los libros de Ginés Liébana

LIEBANA, GINES: Todos sus libros y obras en su libreria Casa del Libro

Acercarte a Casa del Libro, tu espacio de venta de libros. Podrás comprar libros en la librería online de una de las mayores librerías de Europa.

Ginés Liébana, un pensamiento.....


Me quiebro dentro y no te cuadro, si pienso que
a partir de hoy las cosas se van para siempre.
Cambié mi preferencia.
A partir de ahora me voy a alejar de ti.
A partir de hoy te vas al olvido.
El amor se acaba a partir de hoy, y con la madera que te dejo al irme
hazte una cruz o una hoguera para quemar la decepción.
A partir de hoy te va a hacer bien el agua.
La lluvia que cesa no deje memoria.
Te metiste en mi y yo no estoy en tu piel, así que a partir de hoy
búscate el íntimo rigor de tu sustancia, y tócate el alma, ya que a
partir de hoy tu cálida sangre va a suplicarte que le des fin a la ansiedad.
Confórtate que la nada no duele.
La desesperación no necesita techo.
A partir de hoy da por cierto que se pasó la vida, que el amor se fue.
Es duro prescindir del fruto que adolece de tacto.
En el débil hilo de arena que se desliza en el reloj,
la soledad desmartelada abraza la amarga herida del recuerdo.
No voy a cenar.
No será preciso quitar las migajas del mantel.
Mi servilleta se queda para siempre doblada a partir de hoy.

Obra de Ginés Liébana

Ginés Liébana: Brujo, manierista y sabio

Por Víctor Vázquez:

(Hoy se inagura en Cuenca una Exposición de Ginés Liébana. He tenido la suerte de que este texto de abajo esté incluido en el catálogo, acompañando, con cierto temor, otros textos de excelsos compañeros de páginas, por lo menos en este libro, como González-Ruano, Paco Umbral, Raúl del Pozo, Antonio Gala, Paco Nieva, Pepe Hierro, Luís Antonio de Villena, Luís Alberto de Cuenca, Pablo García Baena...)


Ginés
, pintor soñado por Wilde, el mago cuyos retratos van cambiando levemente, como si de materia vivísima se tratase, con el correr de los años y para sorpresa del retratado. Es por ello que a muchos les falte el marco, bendecidos por la posibilidad de romper las fronteras del lienzo, salir y unirse a las tertulias, las buenas, las que son en la cocina en torno a un puchero de lentejas manieristas.

Liébana es un collage entre veneciano, flamenco y la mejor escuela española que, como un saltimbanqui, remueve a favor de un surrealismo de máscaras brillante y descarado. Como dibujante es un mani-alado, creando ejércitos de ángeles siempre en lucha contra la dictadura del arte abstracto. Pero ahí no que queda la cosa: también es poeta que recoge toda la sabiduría popular y la pasa por el filtro de lo exquisito. Leer a Ginés es caminar por páginas mientras recogemos los frutos que son para nosotros queridos, un caminar por manglares siempre cambiantes en su significado –todos reales y siempre fértiles- que se revuelven frente a la corrupción de lo existencial –la metafisicaca….- alcanzando la pureza hasta en lo más carnal. Celebrar albatros, se llama uno de sus poemas, reflejando en dos palabras la fiesta del sentir en ingrávidos y deliciosos vuelos que nos alejan del torpe caminar por falsas realidades cotidianas. Lo explica en otro poema: “Te hieren menos si te mueves. Corta la mala honda, / llena el vacío de mantra y, con un alfiler de santo, / destroza tu certificado de actitud.”

¡Y qué dramaturgo!, además de teatral y teatrero, del que la oficialidad de la tramoya debería leer su Navegante que se quedó en Toledo –de pura avena, la definió Luís Antonio de Villena-.

Sorprende Liebanaca en el día a día, trabajando con la tenacidad de los anónimos y con la sabiduría de un sátrapa de Apuleyo, mientras suenan –su casa es siempre carnaval- esos discos de Caetano Veloso con el que coincidió en Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes no hace mucho. Es la pura creación: pinta mientras la luz natural entra a chorros por la bóveda acristalada de su estudio, que es laberinto y caos ordenado, echando un ojo al que ese día haya aparecido por allí a pintar y otro a las telenovelas, de las que va apuntando en sus libretas, como buen cazador de tópicos que es. Si no hay luz, toca tertulia, siempre sin dejar de apuntar y de dibujar. El mismo día que salía en prensa la noticia de su medalla, había quedado yo con él para hacer algunas modificaciones en los poemas de La equis mística, por aquellos tiempos en vísperas de publicación. Llamó Rogelio Blanco –Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas-, pero lo que a Ginés le interesaba en ese momento era dar con la palabra adecuada en ese poema que no le convencía. Ya tendría tiempo de mirar el periódico.

Es esta capacidad de trabajo la que le empuja a criticar la “pereza ante lo difícil” de aquellos que pretenden pintar sin saber dibujar y la “falta de sensibilidad” del arte actual. Y tiene razón, en unos tiempos que corren en los que el cuadro se ha convertido en un objeto bancario que se cuelga en la oscuridad de una caja fuerte haciendo las veces de sepulcro de un arte destructor que parece disfrutar encerrado. Así, mucho del arte contemporáneo –afortunadamente, no todo- tiene existencia de viuda a la que se le ha muerto el noble oficio de pintor y que se asfixia con el peso de la tradición, recurriendo al montaje, habiendo pasado de una época donde los cuadros hablaban con su silencio a otra donde un señor de esos a los que les gusta clasificar, y disfrutan catalogando y etiquetando, nos explica una pobre cosa de manera quintaesenciada; y todo, para justificar una simpleza de manchas repetidas hasta lo insoportable. La vanguardia deja de serlo cuando llega al gran público: la creatividad se transforma en marketing y lo artístico en arqueología: la verdadera vanguardia es incompatible con el establishment de galería, es arte “contempoerróneo”, como lo ha bautizado Ginés.

Hoy sólo se celebra a los pintores cerebrales, prematuramente envejecidos, considerando a los artistas de lo bello como artistas de perfil, donde la belleza nace de lo más espontáneo del oficio que busca transmitir la emoción. Lo importante, hoy en día, es la fecha, el dato, el nombre; a la obra en sí, sólo se le pide ser reconocible. Se vende el arte como una marca registrada, como una firma, alimentando el fetichismo del arte, el terrorismo en la cultura. Son leprosos de lujo que se venden a artificios poco artísticos y abandonando el dibujo que es la divinidad/sinceridad de la pintura, pues puede sintetizar con un trazo donde otros sólo hacen reduccionismo.

El maestro Liébana, en esta defensa de su Arte, y en contraste con esos pintores de torre de marfil que han destrozado la escalera para ser inalcanzables, es una ciudad tomada que nunca ha levantado murallas, el más suelto de los viajeros, el que cultiva la persecución como un irónico motivo existencial, consciente de que el éxito destroza; un artista al que no le importa recoger frutos más pequeños que los granos que ha sembrado.

Termino con unos versos dedicados a Pepe Hierro que bien podrían aplicarse a él mismo: “Pepe, estornino de hierro. / Pepe, picuda raspa que llena el papel de instantes / con simientes manchadas de brillantes”. Liébana, un maestro, y no se hable más.

(De tres artículos publicados en defensa, y victoria, del Arte de Ginés Liébana en los periódicos: El Distrito de Madrid –7/11-2005-, Generación XXI –21/2/2006- y el Diario Córdoba –6/6/2006-).

sábado, 11 de octubre de 2008

Muestra de la obra de Ginés Liébana

la amenaza foliada caída del hemisferio

día laborable en la Serenísima

retrato de Nuria Espert

viernes, 10 de octubre de 2008

Ginés Liébana:Biography

Torredonjimeno, Jaén, 1921.

The childhood and adolescence of this artist were spent in Córdoba, where with Ricardo Molina, Juan Bernier and Pablo García Baena, they formed the editorial staff of the magazine "Cántico". He is the painter who best reflects the trends, of poetry in Córdoba during the post-war years.

This Cordovan generation, oppressed by the official culture, suffered long years of misunderstanding and silence. During these years, Liébana lived and travelled extensively outside Spain (Paris, Río de Janeiro, Switzerland, Lisbon, Venecia, etc.), thus freeing himself from an easy artistic categorisation. He struggled to conserve the emotional and thematic basis of his first works, faithful reflections of the works of those poets.

In the sixties, he moved to Madrid, dedicating himself to his works, which does not consist exclusively of paintings, since Liébana believes that: there is one undivided Art, which embraces both artistic and literary endeavours.

His painting is very elaborate, miniaturistic, occasionally magical and symbolic, reflecting the artist's sensual intense ritual Andalusian sensitivity. His small-format, created with an artisan's patience, are lyrical poems in which the literary components are enclosed within a magical universe of placidly surrealistic and lucid images, and immersed in a wisely hinted sensuality. His technique combines the arts of drawing and painting.

His most celebrated portraits are those of the Bosé-Dominguín family, and one of H.M. King Juan Carlos I, which hangs in the Head Office of the Government of the Community of Madrid.

BIBLIOGRAPHY

Revista Álbum-Letras. Pp. 33-35. Núm. 14. 1988.

Paintings

Luis Cernuda para niños Edición preparada por Antonio José Domínguez ; ilustraciones de Ginés Liébana